Ayer vi un TikTok que proponía una elección simple, pero muy potente:
¿Preferirías estar sola en una cabaña en mitad del bosque o en una hoguera rodeada de gente bailando?

La reflexión que daban era que si elegías la hoguera, tal vez era porque te daba miedo estar a solas contigo misma.
Pero a mí me pasó lo contrario. Lo que me dio miedo fue la hoguera.

Y eso me hizo pensar.

Me di cuenta de que la idea de estar sola en la cabaña me resulta cómoda, incluso acogedora. Pero estar en una hoguera, rodeada de gente, me genera ansiedad. Miedo a no encajar. A no saber moverme al ritmo. A que me vean. A que no me vean.

Y ahí entendí que a veces, el reto no está en el silencio ni en la soledad, sino en la convivencia. En mostrarse. En confiar. En abrirse sin esconderse.

Cada uno tiene sus propios miedos. Y ninguno es “mejor” o “peor”. Lo importante es reconocerlos y escucharlos, sin juzgarlos.

Hoy agradezco esa imagen tan simple, porque me hizo verme a mí misma desde otro ángulo.
Y tú, ¿qué elegirías: la cabaña o la hoguera?